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El Jefe del Grupo de Oncología Experimental del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), Mariano Barbacid, junto al gerente del Área de Salud de Mérida, Ángel Alberto Romero. Brígido

Barbacid: «El cáncer no se puede prever, pero sí los riesgos que lo producen»

EFE

Martes, 4 de febrero 2020, 15:26

El Jefe del Grupo de Oncología Experimental del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), Mariano Barbacid, considera que el cáncer es un accidente que no se puede prever, pero sí se puede actuar contra los riesgos que aumentan la probabilidad de sufrir esta enfermedad, como el hábito de fumar.

El bioquímico ha impartido este martes, Día Mundial contra el Cáncer (4 de febrero), una conferencia sobre investigación oncológica en el Hospital de Mérida, a la que también ha asistido el consejero de Sanidad y Políticas Sociales, José María Vergeles.

En declaraciones a los medios antes de la sesión informativa, Barbacid ha dicho que la prevención de riesgos es «muy importante» en la lucha contra el cáncer y la ha comparado con la conducción.

«Si uno va a 200 kilómetros por hora y lleva las ruedas gastadas, la probabilidad de un accidente es mucho mayor. Esto es lo que le ocurre a los que fuman, no se dan cuenta de que se están autolesionando, por lo que es importante insistir» en los riesgos.

El investigador considera que la medicina oncológica está mejorando gracias a que los médicos están cada vez más formados y existen mejores diagnósticos, técnicas quirúrgicas y fármacos.

En este sentido, Barbacid ha apuntado a los avances en los tumores de próstata o de mama, donde la supervivencia ronda el 95 por ciento, «por lo que casi podemos decir que hay enfermedades más corrientes en las que la mortalidad es mayor».

Por ejemplo, en EEUU, donde las estadísticas son «más precisas», las dos terceras partes de los pacientes con cáncer viven más de cinco años después de su diagnóstico, mientras que hace poco tiempo, esta cifra se reducía a la mitad, ha indicado.

No obstante, existen otros cánceres como el de páncreas donde la tasa de supervivencia se sitúa en el 4 por ciento y «es ahí donde hay que trabajar», ya que, a su juicio, los investigadores deben interesarse por los tipos de tumores que se «curan poco».

«No podemos hablar del cáncer como si fuera una entidad única, pues hay cánceres que se curan en la mayoría de los casos y otros con porcentajes de supervivencia muy bajos».

Con esta conferencia, Barbacid ha ofrecido a los facultativos emeritenses una visión general de las dos nuevas terapias contra el cáncer que se han desarrollado en los últimos 20 años, las terapias personalizadas o medicina de precisión, y la inmunoterapia, que ganó el Nobel de Medicina en 2018, ha recordado.

«El cáncer no es una enfermedad, son muchas, y sería imposible abarcar lo que se está investigando en mama, pulmón o páncreas con una sesión de 45 minutos», ha apuntado.

Según ha exppuesto, en líneas generales, los investigadores de la inmunoterapia han descubierto que las células cancerosas son capaces de producir unas proteínas que inactivan el sistema inmune, con lo cual, los tumores se hacen «invisibles» a la defensa natural del cuerpo.

En palabras de Barbacid, ésta es una pregunta que la ciencia se cuestionaba desde hace mucho tiempo: ¿cómo es posible que el sistema inmune no reconozca los diferentes tumores?.

Frente a ello, las industrias farmacéuticas han generado unos anticuerpos que inhiben a esas proteínas, que, a su vez, paralizan al sistema inmune para, de forma indirecta, activar las defensas naturales del cuerpo, aunque la «mala noticia» es que esta solución no funciona frente a todos los tipos de tumores y todavía no se conoce el motivo.

Hasta el momento, el melanoma y el cáncer de pulmón son los tumores en los que mejor ha funcionado esta terapia. Sin embargo, el impacto ha sido mucho menor en otros como el cáncer de páncreas o mama.

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