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A. B. HERNÁNDEZ/C. NÚÑEZ/ A. GILGADO/R. ROMERO
BADAJOZ.
Domingo, 13 de noviembre 2022, 07:44
Los extremeños se anticipan a la Navidad sin covid. Algunos restaurantes llevan ya días atendiendo a grupos de amigos y compañeros de empresa, otros tienen ... cada vez menos huecos en el libro de reservas. La hostelería afronta una campaña clave, pero el alza constante de los precios de la energía y los productos les obliga a hacer equilibrios para evitar trasladarlo a la carta. O incrementan lo mínimo para aguantar. Desde muchos locales indican que están trabajando para pagar gastos y mantenerse, pero ven muy complicado cerrar el ejercicio con beneficios. Estos días se suma el miedo a una huelga de transportistas.
A continuación, un reflejo del sector en las cuatro grandes ciudades extremeñas.
En el restaurante Lo Nuestro, en la plaza de Los Alféreces de Badajoz, llevan dos semanas brindando con champán.
«La gente adelanta las comidas porque al final hay mucha aglomeración de gente. Además, muchos se va en el puente y a partir del 10 de diciembre se forma un tapón», señala Juan Carlos Aradilla, encargado.
Su experiencia es que cada año empieza a atender comidas navideñas antes. Además, no se olvida la experiencia de 2021, cuando perdieron el 80% de las reservas por el brote de covid. «Ahora se ha recuperado la normalidad y se nota», dice desde Lo Nuestro.
La inflación se ha convertido en una pesadilla y tienen que reajustar los márgenes todas las semanas. En este restaurante de la plaza de los Alféreces trabajan con menús cerrados de Navidad a partir de 35 euros, pero dejan abierto el pescado del segundo plato. «Damos varias opciones a los clientes y les decimos que cerraremos ese plato una semana antes», indica Juan Carlos Aradilla. «El bacalao y la merluza están disparados», por ejemplo.
A Casa do Joao es uno de los restaurantes de moda de Badajoz. Funcionan con el reclamo de servir cocina auténticamente portuguesa sin necesidad de cruzar la Raya. Tienen reservas para grupos de 15 personas este mes y bastantes nombres en la agenda para los días 17 y 22 de diciembre.
Joao Gama no sabe si son comidas de empresa porque solo atiende a la carta. De momento no ha subido los precios, pero no sabe hasta cuándo podrá soportar. Si antes pagaba 700 euros de luz al mes ahora recibe cargos de 4.800 euros. A esto añade que tanto el pescado como el marisco están por las nubes. Pone como ejemplo el pulpo, que es la base de uno de sus platos estrella. Si hace un año pagaba 30 euros por kilo, ahora le cuesta 48 euros.
«Estamos aguantando, pero no sé hasta cuándo». Solo subió la cerveza porque a él ya le incrementaron un 6% a inicios de año y ahora otro 9% más.
Carnívora se ubica en la Margen Derecha. «Hemos tenido que subir tanto los menús cerrado como la carta un par de euros con respeto al año anterior y lo vamos a mantener así en principio», señala Cayetana Polo, encargada del restaurante. Si viene una subida de precios muy acusada en diciembre, «ya veremos cómo lo afrontamos».
Polo no ha notado que este 2022 las comidas y cenas se hayan adelantado con respecto a otros años, pero sí que han aumentado tanto las reservas como el número de personas que se sientan a la misma mesa. «Este año no hay covid», razona.
En el Mirador de Galarza o de la tapería Yuste del hotel NH Palacio de Oquendo ya tienen este noviembre reservas de empresas. El primero atenderá a los primeros grupos el sábado 19 de noviembre y en el segundo será una semana más tarde, un mes justo antes de la Nochebuena. «Hay muchas ganas, la gente quiere disfrutar lo que no ha podido durante los dos años», argumenta Felisa Acedo, directora del Palacio de Oquendo, en la plaza de San Juan.
En 2020 vivíamos inmersos en las restricciones y el año pasado la irrupción de la variante ómicron echó por tierra muchos planes. «Este año se están haciendo las reservas mucho antes y además los grupos son más grandes». Hay varios días en el calendario que arden: el 15, 16 y 17 de diciembre. Es el fin de semana grande, previo a la Nochebuena y la Navidad.
En el Palacio de Oquendo todavía les queda algún hueco libre, pero donde tienen completo ese fin de semana es en el Mirador de Galarza, uno de los restaurantes clásicos de celebraciones en la ciudad, con vistas a la Parte Antigua. «El viernes 16 de diciembre es el día en el que va a haber más celebraciones», dice la jefa de sala, dice la jefa de sala, Maribel Castillo, sin tener que mirar el libro de reservas.
¿Subirán los precios? En el Mirador de Galarza indican que «lo mínimo», uno o dos euros por cada menú, que oscilan entre los 29,90 y los 55 euros. En el Palacio de Oquendo también sube el importe de las cartas navideñas «acorde a la subida de la inflación». El menú básico cuesta 37,90 euros y el más caro 52,90.
Los hosteleros de Plasencia constatan más movimiento que el año pasado. «Estamos ya como en 2019», afirma Emilio Valencia, del Español. «Aunque la pena este año es que casi todo se concentra en un fin de semana, el del 16 y 17 de diciembre», añade David Llorente del Succo. No obstante, hay restaurantes que ya tienen casi todo lleno y mucho más allá de ese fin de semana, el único libre entre el puente de diciembre y Navidad.
«Primero se llenan las fechas más demandadas es cierto, pero después habrá celebraciones durante el resto de días; incluso las primeras, nosotros ya tenemos reservas para finales de este noviembre porque hay quienes no quieren aglomeraciones», explica Valencia. «En nuestro caso al menos hay mucho más movimiento que el año pasado, aún marcado por las restricciones», declara José Luis Vial, al frente de Los Álamos.
«No notamos un mayor movimiento», señala por el contrario Tomás Doncel, de Casa Tomás. «La gente empieza a preguntar, pero por el momento hay pocas reservas; nada que ver con antes de la pandemia, cuando los viernes y sábados de diciembre ya estaban llenos a estas alturas».
En cuanto a los precios de los menús, las reservas se están haciendo con ellos cerrados, como en los años anteriores. Algunos restaurantes han subido los precios por la inflación y otros no.
«No los subimos porque acabamos de comenzar con Los Álamos, así que preferimos promocionar el espacio», señala José Luis Vidal.
«Los he subido una media de tres euros, desde los 29 euros del más económico hasta los 40 del más caro, pero esta subida no es proporcional a la que estamos asumiendo los hosteleros porque no queremos quedarnos sin clientes», dice Emilio Valencia.
«Algo sí lo estamos repercutiendo, pero desde luego no en la misma medida en la que nosotros estamos haciendo frente al incremento de todo», insiste David Llorente, que al igual que el resto, está adquiriendo productos para tenerlos almacenados antes de la subida de precios que se prevé en diciembre.
No obstante, otros establecimientos están elaborando los menús sin los productos que consideran que sufrirán un importante aumento, «como pueden ser el cochinillo, el cabrito y el cordero», concreta Tomás Doncel. En el caso del pescado, «apostamos por el bacalao o la merluza frente al rape o al rodaballo, que son más navideños y suelen tener un precio más alto en estas fechas», en palabras de David Llorente.
Paulino Alvárez, de Rex Numitor, presidente de Abacare, la principal asociación de bares y restauranes de Mérida, afirma que se presenta la campaña con previsiones optimistas y que se están entregando muchos presupuestos a las empresas. «Hay ganas de reunirse con los amigos y compañeros», asegura. La semana del 15 al 17 de diciembre está ya casi todo reservado y la anterior, la del día 2, igualmente. Y las reservas ahora se mueven para el último fin de semana de noviembre. Hay dos variables que preocupan en Mérida y desde Abacare piden precaución, ya que tienen miedo a cancelaciones de última hora. Por ello algunos bares incluso piden un anticipo de reserva, aunque es algo todavía minoritario. Otro temor es que finalmente se desencadene una huelga de transportes y parte de la mercancía no llegue para la fecha. Incertidumbre ante el desabastecimiento y los precios tan altos. El 'foia', por ejemplo, ha desaparecido del mercado. Y puede que eso mismo ocurra con otros ingredientes, por eso pide prudencia para la campaña.
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