La jueza envía a la cárcel al presunto autor del homicidio del vecino de Acebo

El detenido ha reconocido los hechos de los que se le acusan durante el transcurso de la declaración que ha realizado esta mañana ante la jueza en una causa que se instruye por un presunto delito de homicidio doloso, cuya investigación ha llevado a cabo el grupo de criminalística de la Guardia Civil.

El amplio y minucioso atestado de estos agentes ha sido entregado también esta mañana a la jueza, minutos antes de que sobre las 9.30 horas llegara el detenido al juzgado procedente de la Comandancia de Cáceres, en cuyas dependencias ha permanecido desde que fuera detenido el pasado domingo, horas después de que una vecina de Moraleja hallara el cuerpo sin vida de José María F. L.

Lo hizo en la intersección de las calles Cardenal Cisneros y Luis Chamizo. El cadáver del vecino de Acebo estaba junto a su furgoneta, una Peugot Partner de color blanco. Sin embargo, el reguero de sangre que recorría la calle desde este punto hasta el portal en el que reside Santi, en el número 4 de Cardenal Cisneros, indicó a los agentes que el presunto homicidio del vecino de Acebo no se había producido junto al vehículo, sino en el piso del detenido.

Sus vecinos constataron, además, que José María llegó a Moraleja sobre las tres de la tarde del sábado y se dirigió a casa de Santi. Ambos, con antecedentes, se conocían, vendían y consumían drogas y se cree que una discusión entre los dos acabó en el trágico suceso. También que la muerte del vecino de Acebo se produjo en la vivienda y que su cuerpo fue arrastrado después, ya de madrugada, hasta su furgoneta, donde lo encontró la vecina más tarde.

«También que el cuerpo del hombre se trasladó envuelto en unas faldillas y las mantas que Santi usaba para arroparse cuando dormía en el sofá», cuentan igualmente los vecinos que fueron testigos de la inspección de la Guardia Civil en la mañana del domingo. «Porque tanto las faldillas como las mantas fueron encontradas esa misma mañana en los contenedores que hay junto al descampado». Un amplio espacio situado al otro lado de Luis Chamizo, frente a Cardenal Cisneros y a poco más de 20 metros del lugar donde José María estacionó su furgoneta.

El vecino de Acebo tenía la «cabeza reventada» como indicaron los vecinos de Cardenal Cisneros que vieron el cadáver. Según ha podido saber este periódico, José María recibió un fuerte golpe con un martillo que, al igual que las faldillas y las mantas, la Guardia Civil encontró en los contenedores, escondido bajo la basura.