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Extremadura no para de crecer como destino para viajeros que buscan el lujo
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Extremadura no para de crecer como destino para viajeros que buscan el lujo

Algo se está moviendo en torno al turismo más caro en la región, que hace menos de tres años tenía cinco hoteles de cinco estrellas y hoy cuenta nueve, a los que próximamente se sumarán otros ahora en obras o en proyecto

Viernes, 6 de septiembre 2024, 20:48

Hace tres años, en Extremadura había cinco hoteles de cinco estrellas, y ahora hay nueve. Y los que vienen, porque existen varios proyectos en ejecución en distintos puntos del mapa autonómico. El dato deja claro que algo se está moviendo en torno al turismo más caro en la región. Y que lo hace en las dos direcciones: la del empresario que ve una oportunidad de negocio en este segmento, porque nadie invierte para perder dinero, y la del viajero que busca este tipo de alojamientos, porque si no existiera este perfil de visitante, ni habría crecido el número de hoteles para ellos ni habría más en camino.

«El turismo de alto nivel ya ha ocupado las grandes ciudades y está buscando el campo, y ahí, Extremadura tiene mucho que ofrecer», apunta José Polo, dueño de Atrio junto al chef Toño Pérez.

La pareja cacereña fue pionera en apostar por el lujo en Extremadura. Empezaron con el restaurante en su ciudad, que no tardó en recibir su primera estrella Michelín y hoy tiene ya tres y su cocina se ha consolidado entre las mejores de España. Siguieron con la apertura de un hotel de cinco estrellas en la ciudad monumental, para que quien iba a a comer su prestigioso restaurante tuviera cerca un sitio acorde en el que dormir. Y en septiembre se cumplirá un año de la inauguración del segundo hotel, Casa Paredes, que no tiene seis estrellas porque no existe esta distinción. Está en el palacio de Paredes Saavedra, que rehabilitaron cuidando cada mínimo detalle y en el que ofrecen todo tipo de servicios de la calidad más alta, incluido el de mayordomía.

El máximo nivel

Atrio es uno de los cinco hoteles de cinco estrellas que había en Extremadura a finales del año 2021. Los otros eran el NH Gran Casino Extremadura en Badajoz, el Ilunion Palace en Mérida, el Hospes Palacio de Arenales en Malpartida de Cáceres y el hotel rural Peña del Alba en Arroyomolinos de La Vera. Desde entonces a hoy, es decir, en menos de tres años, han abierto cuatro.

En diciembre de 2021 lo hizo Desconecta2, en Monesterio. El último día de noviembre del año siguiente recibió a sus primeros clientes Casa Paredes, en Cáceres, con once suites exclusivas en un edificio rehabilitado bajo la dirección de Emilio Tuñón, Premio Nacional de Arquitectura 2022 y autor del Museo Helga de Alvear y del restaurante y hotel Atrio.

En el primer trimestre del año pasado abrió el Hotel rural La dehesa de don Pedro, en Monesterio. Tiene 16 habitaciones, todas con vistas al campo, y también piscina termal, sauna, jacuzzi, gimnasio, patio y jardines, además de cafetería y restaurante.

Y por último, en julio del año pasado fue inaugurado el Hotel Boutique Iulia en Medina de las Torres, también de cinco estrellas. Las sábanas de sus camas son de algodón egipcio de trescientos hilos, y cada una de sus seis habitaciones tiene televisores de 55 ó 65 pulgadas.

El efecto de la pandemia

Que se hayan inaugurado cuatro establecimientos de la máxima categoría en menos de tres años evidencia que el turismo asociado al lujo ha encontrado en Extremadura un destino por explotar.

Son varias las razones que ayudan a explicar este auge, al que también ha contribuido el cambio de mentalidad que supuso la covid-19. La pandemia recluyó a millones de personas en sus pisos y ayudó a que de pronto, una legión de urbanitas reparara en los atractivos de la vida en un mundo menos urbano y más rural. También más espacioso y más lento. Y en ese contexto, no hay muchos sitios en España que tengan más argumentos que Extremadura.

A su reflexión anterior sobre el giro del turismo de lujo hacia los entornos rurales una vez ocupados los urbanos, José Polo le añade una apostilla: «Pero luego, los negocios hay que hacerlos rentables», apunta el empresario, que lleva media vida dedicado a atender a viajeros que buscan la excelencia. «En los últimos años ha habido algunos cambios en este sentido en Extremadura, pero no demasiados, la gente nos va conociendo más pero aún hay mucho margen» apunta Polo, que no duda que «nuestra región –asegura– reúne las condiciones para que podamos crecer en el ámbito del turismo de alta calidad».

«Pero ese turismo –advierte– no va a venir solo. Hay que prepararse para su llegada, facilitar que venga, y eso pasa por hacer ciudades y pueblos que resulten amables, y esto pasa por detalles como que haya zonas verdes en los espacios públicos o que haya una oferta cultural seductora, con propuestas que eviten las masificaciones». «Solo así atraeremos a un determinado perfil de viajero, con un mayor nivel cultural», opina el cincuenta por ciento de Atrio, el negocio que ha atraído hasta Cáceres a visitantes de medio mundo.

Los próximos en abrir

Su éxito demuestra que hay bolsillos holgados que van allí donde encuentran el servicio que buscan, da igual si este está en una región rica o pobre, en un país distante o cercano. Si existe y se puede llegar a él de una forma más o menos cómoda, lo quieren.

En ese escenario se está posicionando Extremadura, que en los próximos meses y años verá crecer su oferta de alojamientos de lujo. Si la obra sigue a su ritmo actual y no surgen imprevistos, en diciembre abrirá en Cáceres el Hotel Hilton que se está construyendo en el palacio de Godoy.

El establecimiento promovido por la sociedad peruana Scipion Real State tendrá cinco estrellas y operará bajo la marca Curio Collection, la línea más singular de la prestigiosa cadena hotelera. Esta enseña distingue a los establecimientos de lujo seleccionados por su carácter y personalidad dentro de la oferta global de Hilton.

En este punto, tiene mucho que ver que se vaya ubicar en un inmueble del siglo XVI. Se han invertido 13 millones de euros en un proyecto en el que participa como socia la Junta de Extremadura, a través de la empresa pública Avante y mediante la aportación del palacio, que es de su propiedad y ha sido tasado para esta operación en 2,1 millones de euros.

Panoram Hotel Management, la compañía especializada que se encargará de gestionar el nuevo establecimiento, ya ha anunciado que tras el verano comenzará el proceso de selección de personal, y que hará medio centenar de contrataciones. Hay que recordar que además de un hotel con 72 habitaciones, el espacio tendrá restaurante y salones, y que uno de sus mayores atractivos será su jardín, diseñado por Álvaro de la Rosa. En total, el Hotel Palacio de Godoy Curio Collection by Hilton, que así se llamará el establecimiento, ocupará una superficie de 6.800 metros cuadrados en la plaza del Duque, popularmente conocida en la ciudad como 'Las cuatro esquinas'.

La vertiente cultural

Está a un paso de la Plaza Mayor, y al lado va tomando forma otro proyecto empresarial que encuentra su sentido en el auge de Extremadura como destino turístico de lujo. Se trata de la rehabilitación del palacio del Duque de Abrantes, para habilitar en él treinta suites en un recinto que tendrá gimnasio, piscina y un jardín con capilla.

«En todo esto, está ayudando mucho el Museo Helga de Alvear, que ha supuesto un punto de inflexión», opina José Polo, que asegura que este centro cultural está atrayendo a la ciudad a un perfil de viajero que no era tan habitual en la ciudad.

Y en muchos casos, son turistas que alargan su estancia conociendo otros lugares de la comunidad autónoma. «Lo poco y bueno es mucho mejor que lo mucho y malo, entre otras razones porque deja más dinero en los destinos», reflexiona José Polo, que opina que «los políticos tampoco acaban de dar el paso de tomar decisiones valientes en este sentido, el de apostar por un modelo turístico alejado de las masificaciones». «El turismo excesivo es un problema, es un modelo insostenible durante mucho tiempo más, y de esto ya llevamos un tiempo hablando», recuerda el empresario cacereño, que hace una reflexión de fondo y apunta que «en menos tiempo del que pensamos, lo verdaderamente lujoso, lo más caro, serán las personas». «En unos años habrá más robots de los que hay ahora, sustituyendo a las personas, y tener personal en recepción o en el restaurante se apreciará y se pagará por ello». «Mucha de la gente que viene a Atrio, sea el hotel o el restaurante, o a Casa Paredes –explica Polo–, se sorprende por la cantidad de gente que ve trabajando. Y es que los servicios que ofrece este tipo de turismo requiere de más personal que el turismo convencional. Por eso es más caro también. Palacios y castillos rehabilitados hay muchos en muchos sitios, pero no hay tantos con personal para atender a quien visita el sitio».

«El turismo de alto nivel ya ha ocupado las grandes ciudades y está buscanco el campo», analiza José Polo, dueño de Atrio junto al cocinero Toño Pérez

En esa línea de rehabilitar inmuebles históricos también ha encontrado la comunidad un filón. Lo sabe bien Víctor Madera, el empresario asturiano dueño del grupo hospitalario Quirónsalud y que cuenta en su cartera inmobiliaria con varios palacios en Asturias, su tierra natal, y también en Extremadura.

Compró Valero, la finca más grande del parque nacional de Monfragüe, y también el castillo de Azagala, en Alburquerque. Y en los dos sitios va a desarrollar proyectos turísticos de lujo. También lo hará en otras dos ubicaciones en la provincia de Cáceres: en Casas de Millán y en Herrera de Alcántara.

«Los cuatro proyectos turísticos en Extremadura siguen en marcha», confirman desde el entorno de Madera, que el año pasado compareció en sede oficial de la Junta de Extremadura en Mérida junto al expresidente de la Junta Guillermo Fernández Vara para comentar por encima estas iniciativas.

De categoría superior

Esos nuevos alojamientos vendrán a reforzar la oferta regional de alojamientos de categoría superior, que incluye ya 94 hoteles de cuatro estrellas, de los que siete son Paradores (en Zafra, Mérida, Jarandilla de la Vera, Plasencia, Trujillo, Cáceres y Guadalupe) y ocho Hospederías de la Junta (en Alcántara, San Martín de Trevejo, Las Mestas, Llerena, Torrejón el Rubio, Garrovillas de Alconétar, Hervás y Jerte).

En los últimos tres años han abierto Desconecta2, Casa Paredes, La dehesa de don Pedro y Iulia

Además, hay 25 casas rurales de cinco estrellas, cinco apartamentos turísticos con esta misma distinción y dos establecimientos que la administración regional cataloga como singulares (el 'glamping' El Regajo en El Torno y El jardín de las delizias en Casas del Castañar, ambas en el Valle del Jerte), según la lista actualizada facilitada por la Consejería de Cultura, Turismo,Jóvenes y Deportes.

«Cada vez hay más gente que puede gastar mucho dinero», constata José Polo. Y los datos le dan la razón. Al acabar el año pasado, en España había 250.600 ricos, un 5,5% más que un año antes, lo que supone un incremento superior al registrado en el conjunto de Europa Occidental.

Así lo constata el Instituto de Investigación Capgemini, que considera ricos a quienes poseen «activos invertibles de un millón de dólares o más, excluyendo su residencia principal, objetos de colección, consumibles y bienes de consumo duraderos».

Todos ellos, y otros muchos que están por debajo de ese umbral pero muy por encima del nivel de ingresos medios, son potenciales turistas para Extremadura, que ha apostado una parte de su futuro turístico al segmento del lujo y parece haber acertado.

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