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Poder ir caminando cada día al trabajo, un lujo muy extremeño
Armando Méndez
Día de Extremadura

Poder ir caminando cada día al trabajo, un lujo muy extremeño

Extremadura es la comunidad autónoma española en la que menos tiempo emplean los trabajadores en el desplazamiento entre su domicilio y el lugar de su empleo

Viernes, 6 de septiembre 2024, 20:50

Verónica Fernández Rua lo tiene claro, no se iría a vivir a una gran ciudad aunque le ofreciesen «una gran trabajo». «Pienso en mi hija y prefiero el tiempo. En esas ciudades no tienen vida». Esta vecina de Badajoz, de 39 años, vive a 500 metros de su trabajo y va caminando a diario, un lujo que es muy extremeño.

Extremadura es la región de España donde menos tiempo se tarda en ir de casa al trabajo. La razón es sencilla, los habitantes de la región se pueden permitir casas próximas al centro mientras que en las grandes ciudades se ven obligados a vivir cada vez más lejos de los cascos urbanos y de las zonas empresariales.

Según el INE (Instituto Nacional de Estadística) el 38% de los residentes en la comunidad solo necesitan 20 minutos o menos para salvar la distancia entre su domicilio y su puesto de trabajo. Es el porcentaje más alto de toda España y supera en doce puntos la media del país.

Un 30% de los españoles necesita entre 21 y 39 minutos para ir a trabajar, un 22% dedica entre 40 y 59 minutos cada día en este trayecto y un 13% necesita más de una hora.Unas cifras que impresionan y que son mucho más bajas en Extremadura donde el mayor porcentaje necesita menos de 20 minutos.

Las buenas cifras en esta estadística están impulsadas por los trabajadores de las ciudades que suelen tardar poco en llegar a sus destinos (salvo los que se desplazan a otras localidades) y por el entorno rural donde es habitual también vivir cerca.

Perder poco tiempo en el trayecto al trabajo es un dato que permite a los extremeños presumir, y mucho. Casi cuatro de cada diez trabajadores viven muy cerca de sus empleos (menos de 20 minutos) mientras que en España, como media, solo el 16% tienen esa suerte. Es decir, que mientras lo normal aquí es llegar al trabajo en unos 15 minutos, lo más habitual en Madrid, por ejemplo, es dedicar unos 40 minutos de ida y otros tantos de vuelta.

«No tengo coche ni carnet, y me apaño sin problemas. Voy caminando al trabajo y además con tacones, que me gustan»

Además de vivir cerca del trabajo, Extremadura también puede sacar pecho se hacer el trayecto de forma más saludable que otras comunidades autónomas, aunque no logra la corona.

¿Cómo ir a trabajar?

Los datos del INE indican que la mayoría de los extremeños siguen optando por su coche para ir al trabajo, en concreto, un 71% de las personas de 16 años o más usan vehículo propio en su desplazamiento al lugar de trabajo o al sitio donde estudian. El porcentaje en la región es mayor que la media nacional (62%), pero la explicación es sencilla, hay menos medios de transporte públicos, que es donde Extremadura está muy por debajo de otras zonas.

En concreto, solo el 7,5% de los extremeños utilizan autobús o tren (no hay metro o tranvía) para llegar al trabajo. Por contra, si hay un porcentaje importante que opta por lo más saludable, andar al trabajo (un 18,2%).

Ese 18,2% sitúa a Extremadura en la quinta posición nacional. Solo en otras cuatro comunidades hay más vecinos que optan por andar a su trabajo. Gana. y con mucha diferencia. La Rioja donde el 23,8% de los mayores de 16 van paseando. Le siguen Castilla y León (23,1%), Asturias (20,4%), Aragón (20%) y Castilla La Mancha (18,5%).

«No me iría fuera. Soy extremeña hasta la médula y me encanta vivir en el centro de Cáceres», dice Purificación

La comunidad, en esta estadística, está por encima de la media nacional (15,1%) y muy por encima de las zonas más urbanas. Por ejemplo, el lugar de España donde menos se va a trabajar a pie es la comunidad de Madrid. Solo un 10,1% de los madrileños pueden ir caminando a sus puestos de empleo o a los centros de estudios.

Para comprobar las ventajas de evitar el coche, HOYha entrevistado a dos extremeñas que cada día van caminando a su trabajo.

Paso a paso

Una de las personas que solo necesita calzarse para ir a trabajar cada mañana es Verónica Fernández Rua. Esta pacense llega en menos de 10 minutos a su trabajo en una asesoría fiscal y laboral en Ricardo Carapeto, la avenida principal del barrio de San Roque.

La ventaja es clara. «El ahorro de gasolina, que mira qué precios tiene, y el ahorro de tiempo que es muy importante».

En septiembre su hija, Ingrid, comenzará a ir a colegio y el centro escolar está también al lado de su casa y muy cerca de su trabajo, por lo que podrá conciliar con facilidad. Tendrá tiempo de llevar a su hija a la escuela, llegar puntual a su puesto, salir a su hora y poder recoger a la pequeña cuando termine sus clases. Considera esta comodidad un gran lujo.

«Con la niña en el colegio no tendré que salir del barrio para nada, no hay obligación. Tengo todos los servicios en el barrio y no necesito el coche», explica Verónica Fernández.

Tanto ella como su marido, Manuel, tenían claro que querían contar con estas ventajas al elegir casa. Cuando buscaban piso querían que estuviese en el barrio donde el trabaja o en el de ella para poder «ahorrarnos uno de los coches». Finalmente fue la segunda opción y están afincados en San Roque.

«Me parece cómodo vivir en Badajoz, casi todo está cerca y en la mayor parte de los barrios tienes todos los servicios si no quieres usar el coche», asegura Verónica Fernández Rua.

A la pregunta:¿Qué haría falta para que se fuese a una gran ciudad?, Verónica sonríe y responde con calma. «No lo he pensado, pero ni por un gran trabajo ni por un gran sueldo me iría, tendría que ser algo... No se, y ni siquiera creo que me fuese».

«Puedes tener un gran trabajo, pero no tienes tiempo. En las grandes ciudades no tienen vida. Yo pienso en mi hija, en poder tener tiempo con ella», añade. «En una ciudad grande si tienes dinero, no tienes tiempo y si tienes tiempo, no sueles tener dinero. Es muy difícil».

Otra extremeña encantada con su ciudad es Purificación Alises, de 51 años. La dueña de la tienda La Lola se mudó a Cáceres hace 25 años desde Villanueva de la Serena, su pueblo natal. «También me encanta estar en el pueblo, pero Cáceres es muy cómodo para vivir porque es una ciudad, pero pequeña. Tiene las ventajas de tener muchos servicios, también en Badajoz, pero sin ser enormes».

Su tienda está en la calle Sánchez Garrido, conocida como travesía de Pintores. Está en pleno centro de Cáceres, en el área con el tráfico restringido. Ella vive a 5 minutos, también en el centro, y va caminando cada día a su puesto. Sin embargo, no siempre tuvo su comercio tan cerca de su casa, y siempre ha optado por caminar.

Hasta hace unos años Purificación Alises vivía en el barrio de Montesol, a dos kilómetros de la zona monumental. A pesar de la distancia, siempre fue caminando a su tienda «y con tacones, que a mi me gusta llevarlos», añade.

Tardaba unos 20 minutos en la subida y 15 en la bajada, «solo a veces, cuando tuvo una lesión de rodilla o hacía mucho calor, utilizaba el autobús para subir, pero me gusta más caminar». «El autobús

En el caso de Purificación Alises no tiene coche ni tampoco permiso de conducir y siempre ha podido vivir con comodidad en su ciudad. «Me apaño sin problemas. Ahora te llevan la compra a casa, pero antes me llevaba el carrito desde la tienda hasta mi piso y y descargaba. Además tengo un hijo de 20 años que me ayuda, pero claro, para el entrar en el centro con su vehículo o aparcar es muy difícil porque puedes pasar pero no estacionar por ser la zona restringida».

Esta comerciantes tiene muy claros los beneficios de caminar. «El tiempo se aprovecha mucho más y además vives en el centro que eso es muy cómodo, aunque también me gustaba estar en el barrio, allí se crió mi hijo», detalla Alises.

A la misma pregunta, si se iría a una gran ciudad por una oportunidad importante, Purificación da una respuesta muy similar a la de Verónica. «No, no, no», concluye.

«Me gusta mucho vivir en Cáceres, en cada barrio tienes todos los servicios. Además es una ciudad que tiene muchos eventos, mucha cultura», añade.

También tiene claro que no dejaría su comunidad autónoma. «Soy extremeña hasta la médula, me encanta».

El 38% de los extremeños tarda menos de 20 minutos en desplazarse a su puesto de trabajo, doce puntos menos que la media nacional

Aunque el porcentaje de caminantes al trabajo es alto en la comunidad, hay una cuenta pendiente, la bicicleta. La estadística del INE, en este caso, deja en mal lugar a la región. Solo el 2,7% de los encuestados indicaron que se desplazaban sobre dos ruedas. A nivel nacional la cifra es justo el doble, el 5,4%. Queda pendiente en la región, por tanto, pensar en otros métodos ecológicos y económicos.

Ventajas de caminar

Más allá de las ventajas que encuentra cada persona en poder ir andando al trabajo, hay otros beneficios objetivos. Según la Organización Municial de la Salud (OMS) caminar a diario ayuda a reducir el colesterol y prevenir el sobrepeso. También aumenta la capacidad pulmonar y reduce el riesgo de sufrir enfermedades, entre ellas, la diabetes.

Es uno de los ejercicios más recomendados para evitar patologías del corazón porque mejora la circulación y aumenta la resistencia de los que caminan. Por último, reduce el riesgo de sufrir depresión.

La OMS establece que los adultos de 18 a 64 años deben hacer un mínimo de 150 minutos semanales de actividad física aeróbica moderada (o 75 minutos de aeróbica vigorosa).

Verónica Fernández Rua tarda 10 minutos caminando entre su domicilio y su trabajo. Pakopí

Sus recomendaciones de actividad mínima encajan muy bien con la posibilidad de ir andando al trabajo. Aconsejan que la actividad aeróbica se practique en sesiones de 10 minutos de duración como mínimo.

Los beneficios, además, no son solo individuales. Hay varios estudios que muestran que es bueno para las ciudades incentivar que los ciudadanos opten por dejar el coche e ir a pie. Una ventaja obvia es que se reduce la contaminación ambiental, pero también la contaminación acústica.

Cuando sube el número de personas que optan por caminar, también se reduce el número de accidentes de tráfico porque hay menos coches circulando.

El Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) realizó un estudio en 2016 en seis ciudades europeas que habían tomado medidas para incentivar el uso de la bicicleta y el poder ir andando a distintos destinos. La conclusión fue que la segunda opción, andar, repercute directamente en una menor mortalidad. «Un aumento en viajes a pie al 50% en todos los trayectos (como en París) dio como resultado 19 muertes de media evitadas anualmente en Varsovia, 11 en Praga, 6 en Basilea, 3 en Copenhague y Barcelona», indica una de las conclusiones de este estudio.

El 18,2% de los extremeños va andando cada día a trabajar. Extremadura ocupa la quinta posición en un ranking liderado por La Rioja

Por último, aunque no parezca tener relación, incentivar que los ciudadanos caminen tiene beneficios económicos. El primero, que se reduce el gasto sanitario al bajar los accidentes y mejorar la salud de los ciudadanos. Según el informe 'Actividad física y prevalencia de patologías en la población española' «el coste de la inactividad física relacionado con la productividad laboral se ha estimado en unos 5.000 millones de euros en España y algunos estudios calculan en 2.500 millones de euros anuales las pérdidas solo en el ámbito laboral». A raíz de este estudio, de hecho, se animó a las empresas a incentivar que sus empleados vayan a trabajar con métodos saludables porque puede ser beneficioso para el negocio a largo plazo.

Por último se relaciona el aumento de las calles sin tráfico con la subida del consumo. En Nueva York en 2022 se cerró la Quinta Avenida al tráfico durante varios días como experimento. Eso provocó un aumento del trasiego de peatones. La conclusión fue que esos días el consumo había aumentado un 6,6%.Incluso se cuantificó. Las tiendas ingresaban 3 millones de euros más al día gracias a esa medida en esta popular avenida.

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