Verónica Guerrero | Abogada de la acusación particular

Juicio de Manuela Chavero: «Trataba a las mujeres como género, como si fuesen vacas»

Para las tres acusaciones, es claro que se trata de un salvaje asesinato precedido de una violación. Para la defensa, de un inexplicable episodio en el que la víctima murió de forma accidental sin que Eugenio Delgado supiese reaccionar de una forma lógica.

El primero en expresar su postura fue el representante del Ministerio Fiscal, quien considera que hay elementos suficientes para sustentar la condena. Según dijo, es claro que Manuela fue a casa de Eugenio a recoger una cuna y que una vez allí se produjo la agresión sexual y la muerte. Cree que de ello hablan la presencia del coche de Eugenio en el entorno de la vivienda de Manuela Chavero –fue grabado por una cámara de seguridad– y la aparición de la cuna en la casa de procesado.

Pero fue la abogada de la acusación particular, Verónica Guerrero, quien mostró una mayor contundencia a la hora de relatar lo sucedido. «Van a escuchar testimonios duros, pero muy necesarios. Este hombre habla con absoluto desprecio de la dignidad de Manuela, a la que agredió sexualmente y la mató. Para el acusado, las mujeres somos género, como pueden ser las vacas».

Esta letrada ya adelantó en su primera intervención que la prueba de que se trata de un asesinato premeditado es que la noche que cometió esos hechos el acusado dejó su teléfono móvil en casa antes de dirigirse a la vivienda de su madre, que está en la misma calle en la que vivía Manuela Chavero. «No llevaba encima el móvil porque quería matarla (...). Todo lo que dice el acusado es absolutamente mentira», advirtió la abogada.

En la acusación insistió Fernando Fontán, el letrado que representa al exmarido de Manuela Chavero y a sus dos hijos. En su caso, insistió en el sufrimiento que causó tanto a la expareja de la fallecida como a sus hijos durante los cuatro años en los que ocultó cadáver.

Patricia Catalina, como acusación popular en nombre de la Asociación Clara Campoamor, apuntó que el cadáver no apareció porque Eugenio Delgado sufriese arrepentimiento, sino porque escuchó en televisión el testimonio de una vidente que aseguraba saber dónde había sido enterrado y eso le hizo «agobiarse y hablar con su entorno».

«Evidentemente hubo una agresión sexual previa», apostilló Catalina para justificar la petición de prisión permanente revisable. En ese momento recordó que en el caso de Diana Queer y en el de 'El Chicle' el cuerpo también estaba descompuesto cuando fue hallado, pero se pudo probar la agresión sexual.

Frente a ellos se situó José Antonio Carrasco, el abogado defensor. En su caso, insistió en negar que se hubiese producido una agresión sexual y rechazó que su representado le hubiese causado las fracturas que presentaba el cuerpo de Manuela Chavero. «Cuando vemos que el cuerpo inerte fue trasladado en la pala de un tractor y que después fue sepultado echándole 2.000 o 3.000 kilos de tierra y piedras, imputar que todas las lesiones se produjeran en vida es como decir que todas se produjeron cuando ya estaba fallecida».

Carrasco reconoce que no es fácil explicar lo que ocurrió en la casa de Manuela Chavero, pero recordó que cuando ocurrieron los hechos Eugenio Delgado solo tenía 23 años y «tuvo la malísima idea de coger el cuerpo y enterrarlo».