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La llevó a su finca y la dejó en una caseta de aperos. Luego se fue a dormir unas horas, desayunó y volvió a la parcela para enterrarla llevando el cuerpo en una pala de su tractor. Así se ha recreado la muerte de Manuela ... Chavero en el primer día del juicio por esta vecina de Monesterio contra Eugenio Delgado.
Uno de los momentos más impactantes de la primera jornada ha sido un vídeo de hora y media de la reconstrucción del suceso. Se grabó en mayo de 2021 y en el mismo Delgado detalla su versión de lo que ocurrió la noche del 4 al 5 de julio de 2016.
En el primer vídeo de la reconstrucción, Eugenio Delgado cuenta cómo entró a la casa vacía de sus padres para dejar algo en el congelar y luego se acercó a la de Manuela Chavero para decirle que fuesen juntos a llevar una cuna. Este mueble estaba en la vivienda de la familia de Delgado pero pertenecía a Manuela, se lo había prestado.
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Evaristo Fdez. de Vega
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En las imágenes, ya dentro de la que era su casa familiar, que estaba deshabitada, Eugenio Delgado está en la habitación donde murió Manuela Chavero explicando a los investigadores por qué quería devolver la cuna a su vecina. Según él, aunque llevaba mucho tiempo en la vivienda, quería devolverla entonces porque su madre (que vivía fuera) había dicho que molestaba en una visita a Monesterio.
El siguiente vídeo muestra al acusado cogiendo la cuna con ayuda de una agente de la Guardia Civil recreando su versión de que necesitaba la ayuda de su vecina para poder cargar la cuna. Delgado asegura que Manuel tropezó, «con la chancla en uno de los movimientos cuando íbamos para atrás» y se cayó. «¿Cómo cayó?», le preguntan, «Yo no se», dice el acusado. Afirma que se dio contra la cama, que cayó de espaldas y que no sabe explicarlo en detalle porque fue muy rápido.
«Si Manuela está aquí, ¿cómo acaba así?», le preguntan los investigadores. El procesado no es capaz de explicarlo con detalle. «Yo me caí de un caballo y me rompí los dientes», dice ante la insistencia de los que le preguntan por la mecánica de la caída. «Una caída no la controlas», dice Delgado.
«Si tu te tropiezas porque llevas chanchas y luego te das con la cama...», añade y detalla que la cama se desplazó un metro debido a la supuesta caída de Chavero.
Cuando Manuela se quedó inmóvil en el suelo, según Delgado, «me fui para el salón sin saber qué hacer». El vídeo continúa con el acusado mostrando cómo dio vueltas por la casa, según él mismo, un tiempo indeterminado que no es capaz de calcular.
«No sabía qué hacer», dice Eugenio Delgado que añade que no pensó en llamar a la policía o una ambulancia. Al volver al dormitorio vio que Manuela sangraba «solo un poco» de la cabeza, «muy poquito». Ella tenía los ojos cerrados. «Le toque el brazo, vi que estaba frío, me puse más nervioso. Vi una sabana vieja y lo tapé (el cuerpo)».
A continuación Delgado muestra, usando un maniquí, cómo envolvió a Chavero, primero con una sábana en el dormitorio, y luego con un albornoz en el pasillo. Muestra cómo cogió el cuerpo aunque asegura que no se acuerda de todo. Tampoco recuerda cómo estaba el cuerpo, «frío», pero no sabe si estaba rígido.
Según el acusado dejó el cuerpo en el pasillo, cogió papel y lejía de la cocina y limpió la mancha de sangre de la habitación, «que era muy poquito». Al volver al pasillo e incorporar el cadáver, el acusado asegura que vio sangre en la zona de la cabeza y decidió cubrirla también con una bolsa de basura pequeña. Entonces volvió a limpiar con papel el suelo.
A continuación el acusado muestra cómo cogió el cuerpo aunque dice que no puede hacerlo como en 2016 porque sufre problemas en un brazo. En el vídeo muestra cómo cogió el cuerpo y salió de la casa. Aseguró que no le vio nadie y metió a la víctima en el maletero.
La reconstrucción continúa en la finca La Dehesa. Allí el acusado explica que sacó el cuerpo de Manuela Chavero del maletero y que no se fijó si había manchas de sangre en el coche.
Depositó a la víctima en el interior de la casa de aperos que, según él, estaba completamente oscuro, ya que no hay luz. «Entré, lo dejé, cerré y me fui para casa», dice. De la finca volvió a su casa en la calle Sevilla del centro de Monesterio, cree que eran más de las tres de la mañana. «En ese momento salí y no iba dándole más vueltas a todo esto».
Una vez en su domicilio, «di una cabezada rápida» en su cama. «No dormí mucho». Al levantarse se cambió, desayunó y volvió con su todoterreno a la finca «para echar el día de trabajo».
En el viaje a la finca por la mañana (sobre las seis de la mañana), asegura, se acordó de una zanja (antigua zorrera) que «hicieron unos chavales». En ningún momento pensó en avisar a alguien.
Fue entonces cuando le quitó la ropa al cuerpo y «la eché a la chimenea». Delgado justifica desnudar el cadáver para que no la encontrasen los animales y se viesen prendas de ropa.
Antes de sacar a la víctima del cuarto de aperos, Eugenio Delgado cuenta que volvió a ponerle la sábana y el albornoz encima y ató con cuerdas el cuerpo. Era una que tenía entre las herramientas y no recuerda el nudo que usó para ajustarla.
«¿Por qué la ató?», le preguntan. Asegura que se tropezaba con la sabana. La representante de la Fiscalía le destaca en la reconstrucción que es incoherente desnudarla para que no se encuentren las prendas, pero enterrarla con la sábana. Una vez atado el cuerpo, según Delgado, la depositó en la pala del tractor que usaba en esa finca para llevarla a enterrar.
Eugenio Delgado mostró cómo fue marcha atrás y cogió el camino para llevar el cuerpo a la antigua zorrera. Aseguró que la pala iba alta y en la reconstrucción pidió que subiesen la altura de la misma para que fuese similar a la de ese día. El mismo acusado se subió al tractor y mostró cómo lo condujo.
Llega un momento clave de la reconstrucción. Delgado explica como, según su versión, el sol le deslumbró, metió una rueda en la tierra y el cuerpo se cayó de la pala al desnivelarse el vehículo. Esta caída, según el acusado, es la que justifica los daños que se encontraron en la autopsia de los restos de Manuela Chavero.
Una vez en el agujero excavado por los cazadores, según Delgado, bajó la pala, cogió con sus manos el cuerpo y lo dejó en el agujero que era más profundo que el de la reconstrucción. Luego llenó la pala con tierra y piedras y lo cubrió.
La siguiente pieza de vídeo muestra al acusado, de nuevo, en la sala de aperos de la finca La Dehesa. Encendió un fuego, «solía hacerlo todos los días para comer». Usó una pastilla, algo de madera y ramas finas y quemó la ropa y las chanclas de la víctima.
Finalmente el acusado afirma que se puso con el trabajo diario. «Con caballos, guarros, vacas...», le cuenta al juez y a la representante de la Fiscalía en la reconstrucción. Asegura que pasó todo el día en la finca, incluso comió allí.
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