La Junta de Extremadura ha pedido a la comunidad de regantes afectada por la rotura de la balsa La Maricana en Jarandilla de ... La Vera que le proponga «dos o tres ubicaciones» para la charca que construirá en sustitución de la fracturada, toda vez que el Gobierno regional, que es el titular de la infraestructura, ha decidido no arreglar la dañada y construir una nueva.
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La petición a la comunidad Jarandilla-Jarandilleja (son los nombres de la localidad y una garganta próxima a ella, precisamente en la que desemboca el arroyo La Maricana, que pasa encauzado en una bóveda de aluminio bajo la balsa rota) se la ha trasladado el consejero de Gestión Forestal y Mundo Rural. Ignacio Higuero acudió a la localidad cacereña el lunes por la mañana tras conocer el suceso ocurrido de madrugada y también en la tarde de este martes, para reunirse con los regantes.
«Les hemos trasladado -explicó el consejero tras el encuentro- el total apoyo de parte de la presidenta de la Junta de Extremadura María Guardiola, y el mensaje de que este Gobierno no va a dejar tirado a absolutamente nadie, y también les hemos comunicado que se hará una nueva balsa y que necesitamos que nos digan dos o tres puntos de ubicación para ella, y que tan pronto los tengamos, vendrán los técnicos de la Junta, de los departamentos de Riegos, de Medioambiente y de Conservación, para empezar los trámites para la construcción de la nueva balsa, que esperemos esté lista cuanto antes«.
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«Desgraciadamente, la campaña de riego de este año no va a ser posible», admitió Ignacio Higuero, refrendando el temor que albergaban los regantes que se sirven de la balsa La Maricana para sus cultivos. Su rotura dejará sin agua para el riesgo a unas 360 hectáreas de cultivos, la mayoría de ellas de tabaco y pimentón, seguramente los dos más emblemáticos de esta comarca del norte de Extremadura. También hay varias plantaciones de cerezas. En total son unas 120 las familias que en mayor o menor medida dependen económicamente de esas explotaciones agrícolas, que ahora no necesitan del agua almacenada porque se sirven de la que cae del cielo, pero que sí requieren de las reservas una vez que pase la época de lluvias.
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La balsa La Maricana, construida en el año 1994, no abastece a los hogares de Jarandilla de La Vera, sino a la comunidad de regantes. Está situada unos metros por encima de la localidad, cerca del polígono industrial, el parque de bomberos de la Diputación Provincial de Cáceres y el IES Jaranda, y su fractura en la madrugada del domingo al lunes liberó de golpe 310.000 metros cúbicos, o sea, 310 millones de litros de agua, el equivalente a unas cien piscinas olímpicas (50 metros de largo por 25 de ancho y 2.75 de profundidad).
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