¿Qué ha pasado hoy, 9 de marzo, en Extremadura?
Acto reivindicativo de la organización Mujeres Libres de Extremadura en un prostíbulo cercano a Mérida. HOY
Día Internacional de la Mujer

Mujeres extremeñas que se mojan por la igualdad

Más allá del 8M las feministas de la región trabajan todo el año desde distintos ámbitos para seguir avanzando en el logro de una sociedad equitativa

Cristina Núñez

Cáceres

Domingo, 9 de marzo 2025, 07:41

Cuando se apagan los megáfonos, se pliegan las pancartas y se diluye el ambiente festivo del 8M quedan las mujeres que trabajan durante todo ... el año para la igualdad. En Extremadura hay entre 200 y 300 asociaciones de mujeres, pero no todas ellas cuentan con un ideario netamente feminista. Tampoco existe una coordinadora regional que agrupe a estas entidades, aunque existen los consejos sectoriales de la mujer tanto en la Junta como en los Ayuntamientos.

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Más allá del institucionalismo o del marco oficial son muchas las mujeres que han dado el paso de la reivindicación individual a la implicación colectiva y que mantienen viva la llama de la lucha por la igualdad los 365 días del año. Son activistas que reivindican desde distintas vías. Algunas se centran en ayudar a las mujeres víctimas de trata, otras se plantan frente a los prostíbulos y denuncian, a cara tapada, la explotación que se produce en su interior. Hay activistas sensibilizadas con las mujeres en zonas bélicas y otras que consideran que el hecho de que las mujeres corran por montaña en grupo empodera. Otras están alerta y cada vez que se produce un asesinato machista se manifiestan. Hay activistas históricas, de cierta edad y otras que dan el relevo.

Rosa Julián

«El mensaje de la ultraderecha ha calado, hay que seguir luchando»

Mari Carmen Ruiz, Casimira González y Rosa Julián son integrantes de la Plataforma Mujeres por la Igualdad de Cáceres. CRISTINA NÚÑEZ

La Plaza Mayor, junto a la escalinata del Arco de la Estrella, es el lugar elegido por mujeres cacereñas para manifestarse y hacer un minuto de silencio durante todo el año cada vez que hay un asesinato machista. La Plataforma Mujeres por la Igualdad de Cáceres (PMPI) lleva más de 15 años haciéndose presente en las calles, como una forma de oponerse a la violencia machista en sus distintas formas. Son, de alguna manera, esa llama que siempre está encendida en contra del machismo.

Casimira González, Mari Carmen Ruiz y Rosa Julián llevan el peso de esta plataforma, integrada por 70 personas, no solamente mujeres, y que aglutina diferentes sensibilidades aunque hay una parte próxima al PSOE. Se reúnen para acordar cómo van a ser sus acciones conjuntas y tienen una rápida capacidad de movilización. «Son ya muchos años y estamos un poco cansadas, pero como seguimos teniendo los mismos problemas seguimos trabajando y luchando», señala Julián, que considera que hace falta un mayor relevo generacional. «Al 8M siempre suelen venir jóvenes, pero a las demás cosas que se hacen no vienen».

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También cree que hay que estar muy alerta sobre el antifeminismo creciente y que hay que recuperar la calle. «El mensaje de la ultraderecha ha calado» y ha hecho que las manifestaciones no sean tan abundantes como antes de la pandemia. Tras una manifestación por un asesinato machista se les acercó una persona diciendo que en el manifiesto deberían haber hablado de violencia intrafamiliar. «Estuvomos charlando y tuve que explicarle que este minuto de silencio era por las mujeres asesinadas», detalla esta mujer. La PMPI organiza la manifestación del 8M de la ciudad de Cáceres, que ayer recorrió las principales calles de la ciudad.

Patricia Sierra Solís

«En los campos de refugiados las mujeres son siempre más vulnerables»

Patricia Sierra Solís es el 'alma mater' de la oenegé 'Sonrisas en acción'. HOY

La cacereña Patricia Sierra Solís logró fundir en uno dos de los asuntos que más la interpelan: la solidaridad con las personas más desfavorecidas y la lucha por el feminismo. De esa manera desde su oenegé 'Sonrisas en acción' ha llevado a cabo proyectos muy enfocados a las mujeres con particularidades que muchas veces no se tienen en cuenta a la hora de planificar iniciativas solidarias. «Después de muchos años de trabajo en campos de refugiados y fronteras me he dado cuenta que las grandes damnificadas son las mujeres, siempre son más vulnerables», señala esta docente que lleva años viajando a territorios de Oriente Medio. «Ya sea por la maternidad, ya sea porque sus maridos han muerto en la guerra o están en las cárceles ellas necesitan un apoyo mayor, las mujeres son las que inician los proyectos en los campos de refugiados, son las que se organizan, las que tiran para adelante con sus hijos». Es muy consciente de que hablar de feminismo en determinados países es complicado. «No existe el concepto que tenemos aquí, luchan por levantarse y comer o saber dónde va a caer la siguiente bomba», explica. La creación de «espacios de escucha» le hizo articular proyectos sobre pobreza menstrual, por el que lleva artículos higiénicos a las mujeres en zona de conflicto como Líbano, Siria o Jordania. «Intentamos dignificar esa diferencia biológica con respecto al hombre y lo hacemos de manera neutral y muy poco invasiva», señala. Sierra Solís trabaja también con mujeres migrantes en Extremadura, poniéndoles en contacto con los recursos útiles para comenzar su vida aquí con garantías de igualdad.

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Angélica Muñoz y Miriam López

«Subiendo montañas nosotras rompemos techos de cristal»

Miriam López Falcón y Angélica Muñoz hacen piña feminista corriendo en la montaña. JORGE REY

Angélica Muñoz nunca había corrido, pero después de su segundo embarazo le diagnostican diabetes crónica gestacional, se lo recomiendan y ya no para. «Empiezo a correr cinco, diez, quince kilómetros y termino metida en la montaña y en los deportes de ultradistancia, donde se demuestra que la mujer tiene una mayor resistencia física», explica. A través de la Federación Extremeña de Montaña y Escalada se crea el proyecto 'Corre con nosotros', que coordina Emma Rodríguez y que lleva a cabo una carrera anual. «Se enseñan técnicas de carrera, técnicas de subida, de bajada, ejercicios de relajación, la idea es compartir esos momentos de deporte y convivencia». A raíz de esa experiencia en Cáceres se ha creado un grupo en el que todas las mujeres que quieren empezar a correr se sienten acompañadas. «El deporte estigmatiza a las mujeres, en la adolescencia la mitad de las mujeres lo deja, y a partir de los 50 parece que solo se puede hacer mantenimiento o natación», explica Miriam López Falcón, que pertenece a este grupo. «Correr por la montaña tiene también un componente muy sexista, pasan cosas y nos han pasado», explican estas mujeres, que llevan elementos de defensa. «Corremos en grupo y nos ayudamos unas a otras, nos empodera y nos hace ver que los límites no son los que eran, subiendo montañas también se rompen techos de cristal».

Marisa Tena

«Me impliqué al ver que había muchas mujeres que querían ser libres»

Marisa Tena está implicada desde hace década en la asociación Malvaluna, una de las más longevas de la región. HOY

Malvaluna es una de las asociaciones feministas más longevas de Extremadura. Enfocada en promover la igualdad y erradicar la violencia contra la mujer inició sus pasos en 1977, aunque adquirió personalidad jurídica en 1999. La abogada Marisa Tena es una de sus impulsoras. «En los años 80 empezó a funcionar la coordinadora feminista de Cáceres, dábamos un apoyo individual a las mujeres para apoyar a las vulnerables, era un momento en el que la legislación y la situación no tenía nada que ver con la que tenemos hoy, las mujeres estaban en una situación de desamparo absoluto, no tenían cobertura jurídica ni apoyo psicológico». Tena se implicó en el feminismo al mirar a su alrededor y darse cuenta de que sus hermanos y sus amigos «hacían cosas que a mí no me estaban permitidas» y «cuando hablaba con otras mujeres que me transmitían que no podían atener una vida más libre». En ese momento se dio cuenta de que tenía que haber más mujeres que sintieran como ella. Desde entonces el compromiso ha sido continuo.

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Aída Ortega

«Escuchar al entorno o investigar es un activismo pequeño pero importante»

Aida Ortega, de la asociación María Telo-Activistas de Extremadura. JORGE REY

Aída Ortega tiene 36 años y forma parte de la asociación abolicionista María Telo-Feministas de Extremadura, que se fundó hace un año. Ha estado presente en esa tarea nada sencilla de echar a andar una asociación en un contexto de profundo debate dentro del feminismo. «Llevo años en el activismo, he trabajado con las mujeres de la asociación antes de fundarse y también he hecho un activismo pequeñito pero también importante, he investigado mucho, he hablado con mi entorno...», explica. «Conocer experiencias en primera persona abre la mente respecto a las opresiones que tenemos», reconoce esta mujer. «Parece que está todo hecho, pero mientras siga existiendo cosas como la explotación reproductiva, la explotación sexual, el convertir a las mujeres en objetos o el blindaje del género hay que luchar».

Magdalena Gordo Martín-Mora

«Cuando entras a hacer una intervención en un club se te quedan grabados los detalles»

Magdalena Gordo Martín-Mora trabaja en la organización Mujeres en Zona de Conflicto. ESTRELLA DOMEQUE

El compromiso de Magdalena Gordo con el feminismo terminó colándose en su ámbito profesional y desde 2011 trabaja en la organización Mujeres en Zona de Conflicto (MZC), en donde actualmente es la responsable de acción social y de incidencia política. Se trata de una organización de ámbito nacional que nace en Córdoba en 1995 a raíz de la guerra de Bosnia, para trabajar con las mujeres abusadas sexualmente. Nacen después las delegaciones de Madrid y Extremadura. Cuenta con un recurso habitacional contra la trata de personas y atienden con sus unidades móviles a mujeres víctimas de la prostitución. Se trata de vehículos que van a lugares donde se ejerce la prostitución para ayudar a las mujeres. Magdalena, que trabajaba en los servicios sociales del Ayuntamiento de Don Benito, acudió a un congreso y conoció MZC en 2009. Conoce de cerca la realidad de los prostíbulos de la región. «Todos los detalles se te quedan grabados cuando entras a un club, las mujeres confían en que las vas a salvar, les damos herramientas para que se salven ellas mismas».

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Antonia González

«Hay campos de concentración de mujeres en todas las carreteras»

Mujeres tapadas con pasamontañas apostadas frente a prostíbulos y denunciando allí, ante la prensa, la situación de explotación de las que son prostituidas en ese entorno. En una de esas concentraciones ha estado Tari, Antonia González, miembro activo de la asociación 'Mujeres Libres de Extremadura', fundada hace 20 años y que reclaman la igualdad dentro de su ideario anarcofeminista. Empezaron centrándose en la reivindicación de la crianza, en la idea de formar, como madres, «a ciudadanos libres y críticos». En esta segunda etapa se centran «en el colapso del sistema capitalista» y propugnan la abolición de la prostitución, de la pornografía y en contra de los vientres de alquiler».

No aceptan subvenciones y se encuadran en el feminismo radical. «No puede haber igualdad teniendo campos de concentración de mujeres en todas las carreteras de España». Idearon acudir a los prostíbulos para denunciar esa situación como una forma de hacer algo llamativo que atrajera a los medios. «La forma era estar delante del sitio, ahí están todos los que se benefician de esa explotación y no creo que les haga mucha gracias que vengan un puñado de locas a señalarles». Repartieron octavillas y la campaña se completó con charlas abolicionistas en distintos puntos de Extremadura. Ahora trabajan en la elaboración de un documental en Zahínos (Badajoz) sobre las tripas de un prostíbulo abandonado y que ha sido cedido a una asociación.

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