Una pelea en un puticlub desencadenó el tiroteo de San Lázaro en Plasencia

El motivo del enfrentamiento a tiros entre las dos familias ha sido esta vez una pelea previa en un puticlub del Puerto de los Castaños. Allí trabaja como portero un miembro de la familia de San Lázaro y el pasado jueves impidió que al local accediera el pequeño de los tres hijos varones del jefe del clan de los Hilarios, sobrino a su vez del preso fugado hace más de un mes de la cárcel de Valladolid.

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El pequeño del clan trató de acceder al establecimiento con alcohol y el portero, hijo de una conocida familia también de San Lázaro, impidió que entrara con bebida ajena al local. El rifirrafe terminó en una pelea, «en una paliza al portero», concretan fuentes conocedoras de los hechos, y desencadenó dos días después el tiroteo.

Al día siguiente de este altercado en el puticlub, según una de las versiones, los hermanos del agredido acudieron desde San Lázaro hasta Gabriel y Galán para pedir explicaciones a los Hilarios sobre lo ocurrido, «pero les respondieron con disparos y se marcharon». Y el sábado por la noche, «después de pasar el día entero bebiendo en el barrio, los hermanos y otros amigos fueron hasta San Lázaro, hasta la vivienda de la familia del portero y empezaron a disparar».

La casa está situada al final de una cuesta que recorre el barrio y hasta ella llegaron, según esta versión, los dos vehículos en los que dos hermanos del clan y otros payos se trasladaron desde Gabriel y Galán. La familia del portero respondió al ataque también con disparos y en ese cruce, mientras los coches abandonaban San Lázaro, las balas alcanzaron a una mujer de 25 años, que estaba en la puerta de una casa, y a la menor de dos años, que estaba en otra.

Sin embargo, otras fuentes aseguran que el pequeño del clan de los Hilarios, bebido, decidió la noche del sábado ir en solitario a San Lázaro. Y su hermano y al menos un amigo más, ninguno armado, optaron por ir a buscarle cuando tuvieron conocimiento de ello con el objetivo de evitar que se produjera un enfrentamiento entre las familias.

Cuando llegaron, según esta versión, metieron al hermano pequeño en el coche -el suyo lo habría dejado a la entrada del barrio y habría ido caminando hasta la casa del portero- y empezaron los tiros, muchos de los cuales impactaron en el coche en el que los Hilarios trataban de abandonar San Lázaro.

La Policía Nacional investiga desde el momento en que sucedieron los hechos qué ocurrió para esclarecer todos los detalles de un tiroteo que, por el momento, se ha saldado con nueve hombres detenidos: seis personas, todos pertenecientes a la familia del portero, dos hermanos de los Hilarios y un amigo de ambos.

Todos están retenidos en la comisaría placentina a la espera de pasar a disposición judicial, lo que podría ocurrir mañana martes según ha informado esta mañana el delegado del Gobierno, José Luis Quintana. También ha adelantado que equipos especializados de la Policía Nacional se trasladarán a Plasencia desde otras regiones para colaborar con la investigación y determinar qué armas se utilizaron, quiénes las dispararon y cuál fue la trayectoria de los múltiples disparos que se sucedieron durante varios minutos la noche del sábado en San Lázaro.

Los seis de la familia de San Lázaro, de etnia gitana, fueron detenidos tras el tiroteo y los otros tres se entregaron de forma voluntaria en comisaría durante la tarde de ayer domingo.