![Una afición de Primera para un equipo de Segunda RFEF](https://s1.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2023/05/28/1467033075-RkycTixqSWgNvifMyFARENJ-1200x840@Hoy.jpg)
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Javi Pérez
Badajoz
Domingo, 28 de mayo 2023, 22:44
No hay consuelo posible para una afición que lo ha dado todo por su equipo. Se ha entregado en cuerpo y alma en la causa por la salvación del Badajoz. No se merecía un final así. Después de toda la temporada remando la nave blanquinegra ... ha terminado por hundirse a un palmo de la orilla. Su apoyo ha sido incondicional, especialmente en el tramo final con un espectacular desplazamiento a Córdoba, siendo mayoría en las gradas de El Arcángel, y una semana antes casi rozando el lleno en el Nuevo Vivero con más de 13.000 personas.
No era el momento para llevarse una decepción tan grande. El Badajoz tenía a toda la ciudad enganchada y esa renovada ilusión que irrumpía con fuerza para recoger sus frutos el próximo curso se desvanece con el descenso a Segunda RFEF. La gran masa social cargó duramente contra los jugadores. De héroes a villanos. Lo que había sido un jornada festiva en plena feria cordobesa se convirtió en la marcha de un cortejo fúnebre de autobuses por la N-432. Caras de espanto, desolación e impotencia.
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La afición es el mejor patrimonio del club, pero después de tantos sinsabores que se ha llevado en estos dos últimos años está por ver cómo responde en la cuarta categoría del fútbol español. El técnico David Tenorio ha tenido la oportunidad de conocer desde dentro cómo palpita el corazón blanquinegro, por eso, a pesar del monumental sofocón y consciente de un posible desencanto les animaba a mantener a flote al Badajoz. «Desear que sigan apoyando al equipo de su ciudad porque van a tener éxito en el futuro seguro, no me cabe ninguna duda».
La hinchada del Badajoz ha demostrado ser una afición de Primera. Siempre dando su aliento por su equipo. En las buenas y sobre todo en las malas. Cuando más lo necesitaba. «Le auguro un futuro enorme al club por la afición que tiene», sostenía Tenorio trantando de transmitir un mensaje de esperanza. Un respaldo que no se ha visto correspondido y el conjunto pacense se estrelló contra su realidad. Consecuencia de una convulsa gestión con tres dueños diferentes en apenas un año como responsables. Desde la fatídica noche de Amorebieta la caída ha sido vertiginosa. Curiosamente el sábado la localidad vasca volvía a estar de fiesta por su segundo ascenso a Segunda y en Badajoz se vivía otra decepción. Como hace dos años. Ahora a esa afición de Primera le toca animar a un equipo de Segunda RFEF.
Los problemas ya existían antes de esa maldita noche. Joaquín Parra trató de contener el agujero hasta un ascenso que no llegó y su ingreso en prisión complicó aún más la delicada situación del club. A partir de ahí el Badajoz fue a la deriva hasta que entró en escena Luis Oliver. De su mano se pudo salvar esa temporada y se hizo la planificación de la actual plantilla. Descompensada, escasa de efectivos y sin el potencial suficiente para competir en Primera RFEF. Medio año más tarde, José Luis Orantes pasaba a tener todo el control, pero desde México se ha visto sobrepasado por la herencia recibida y el desconocimiento de las peculiaridades de este fútbol no profesional. Las consecuencias de este descenso son impredecibles. Pero Diego García aseguraba hace unas semanas que la continuidad del Badajoz estaba garantizada independientemente de la categoría. Ahora es el turno del grupo mexicano y tranquilice a esa afición que tanto le ha dado al club.
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