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El equipo de investigadores que publicó el pasado mes de enero en la revista Science un revolucionario estudio con el que se daba la vuelta a la cronología sobre las pinturas de Maltravieso (cifrando su antigüedad en 66.700 años, 20.000 más de lo que se creía hasta el momento) publica este jueves en la misma cabecera científica una respuesta a la información que el pasado 19 de septiembre cuestionaba la fiabilidad de su trabajo, en el que también se ampliaba la antigüedad de las cuevas de Ardales, en Málaga, y La Pasiega, en Cantabria.
Roberto Ontañón, director del Museo de Prehistoria y Arqueología (Mupac) y de las Cuevas Prehistóricas de Cantabria, autor principal de esa revisión aparecida también en Science, cuestionaba el método del Uranio-Torio utilizado en este estudio alegando que, aunque es muy eficaz en superficies grandes, no lo es en muestras pequeñas o costras muy finas de granitos de calcita. Por ello, en su artículo declaraba que «es precipitado decir que las pinturas son tan antiguas como para ser obra de neandertales y proponemos poner en cuarentena las fechas a la espera de que estudios más profundos aclaren las dudas». La polémica, muy habitual en el campo científico, estaba servida.
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Marcos García Diez, arqueólogo y uno de los autores del artículo inicial, señala a este diario que «nosotros conocíamos el artículo, nos enviaron desde la revista Science ese 'comment', que es más bien como una carta». La idea, detalla, era que la respuesta del grupo a este apunte apareciera el mismo día y al lado, para que pudiera leerse en paralelo y contrastar las informaciones. Finalmente no fue así, pero confirma que esa información podrá ser consultada a partir de las ocho de la tarde de este jueves en Science, momento en el que se levantará su embargo. Bajo el título de 'La respuesta al comentario sobre la datación U-Th de las cortezas de carbonato revela el origen neandertal del arte de las cuevas ibéricas', el artículo, de dos páginas, va respondiendo a todas las dudas planteadas por el texto de Ontañón, con varios gráficos de tipo científico. García Diez firma el artículo junto a otros catorce autores internacionales, como el profesor de la Universidad de Southampton (Reino Unido), Alistair Pike, el profesor alemán Dirk Hoffmann del Instituto Max Planck de Antropología y João Zilhao, de la Universidad de Barcelona, entre otros.
El acuerdo de los científicos fue no hacer declaraciones hasta que esta réplica no viera la luz, para dejar que los argumentos científicos hablaran por sí mismos. García Díez se escuda en la repercusión y el rigor que tuvo el trabajo en el que participó, un muestreo que se extendió durante dos años. «Cada uno es libre de opinar, pero a fecha de hoy es uno de los artículos que más impacto positivo ha tenido».
Este académico indica que el cambio de paradigma siempre genera una respuesta. «El dato sale del ámbito de la arqueología, pero tiene implicaciones de carácter biológico y filosófico, ya que considerábamos que nosotros teníamos una exclusividad como especie, y eso se ha caído». Marcos García Díez cifra en unas 40 las citas que se han hecho de esta investigación, y no solo dentro del ámbito arqueológico, sino en el de disciplinas transversales.
Acerca de las críticas referidas al método utilizado adelanta que «las discusiones entre arqueólogos las tienen que hacer arqueólogos, en este artículo hay dos ámbitos, el que genera el dato que viene de la Física y de la Química y los que utilizamos el dato, que somos los arqueólogos, por lo tanto los arqueólogos deberíamos dedicarnos a discutir las explicaciones arqueológicas y los geocronógrafos deberían dedicarse a hablar del método».
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La noticia de que esas tres cuevas ibéricas podían considerarse las más antiguas del mundo dio la vuelta al mundo sobre todo por el cambio de perspectiva que aportaba y sus connotaciones filosóficas. Poco después de este hallazgo surgieron algunas voces dentro del ámbito arqueológico en el que se cuestionaban los métodos empleados para llegar a este descubrimiento, aunque fue la publicación del 19 de septiembre en Science la que más ruido hizo.
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